Mallorca, un recorrido de gran patrimonio cultural y natural
Mallorca se ha consolidado como uno de los destinos favoritos tanto para los viajeros españoles como europeos que buscan unas vacaciones completas. Uno de los factores que ha favorecido este auge turístico es la desestacionalización, ya que la isla ofrece atractivos durante todo el año, más allá del clásico turismo de verano. Un tiempo envidiable que se mantiene en invierno y una conexión continúa, por mar y aire, con España y Europa, son factores que se suman para lograr, en 2024, un dato de récord.
A lo largo del pasado año, un total de 18,7 millones de turistas visitaron la isla, lo que supone un incremento del 14% con respecto a 2019. El modelo, además, está cambiando. Aumenta el número de visitantes que contactan con empresas de guías turísticos para conocer la isla a través de los ojos de profesionales. De hecho, una buena y económica elección es descubrir la isla mediante las visitas guiadas de Mallorca Premium Tours. Nuestra experiencia, tanto en la visita como en el trato del guía, fue estupenda.
El sol y la arena del Mediterráneo se mantienen como un enorme atractivo, si bien no es el único. El turismo deportivo crece a la vez que aumenta el número de visitantes que se adentran en los pueblos para conocer el patrimonio histórico y cultural de Mallorca. Son factores que contribuyen a mantener la afluencia de turistas durante todo el año.
Pueblos que enamoran
Mallorca seduce por sus pintorescos pueblos. A menos de una hora en coche desde Palma se encuentran algunos de los más icónicos, como Valldemossa, con sus calles empedradas y vistas de la sierra, o Deià, un rincón artístico y bohemio con panorámicas sobre el Mediterráneo. No en vano, la Serra de Tramuntana fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011.
En el norte de la isla aguardan otros lugares de gran interés, como la Bahía de Alcudia, que ofrece esa combinación perfecta entre playas paradisíacas y oferta cultural. Allí destacan Artá, con su fortaleza medieval del siglo XIV, y Alcudia, rodeada por murallas históricas que evocan épocas pasadas. Son zonas menos frecuentadas por el turismo generalizado y que suponen una visita muy agradable y de gran valor.
Turismo deportivo
Para los amantes del ciclismo y del trekking, ascender por las carreteras y caminos de la Serra de Tramuntana es una experiencia imprescindible. Es habitual encontrar ciclistas y senderistas durante todo el año, especialmente en el otoño y la primavera. Las vistas, el continuo contacto con la naturaleza y las condiciones climáticas invitan a descubrir esta otra faceta de la isla. Las Cuevas del Drac o la Albufera son otros enclaves naturales que bien merecen una visita.
Puertos con movimiento
Se puede disfrutar de los puertos deportivos de Mallorca sin caer en las masificaciones. El Puerto de Sóller es un buen ejemplo. Con un encanto marinero, representa la historia pesquera de la isla hasta los años setenta. La propia Palma de Mallorca, además, es una capital llena de vida, patrimonio e historia que también encuentra sus áreas para la tranquilidad.
Motivos que demuestran que Mallorca ofrece mucho más que ocio nocturno y playas paradisíacas: es un destino versátil, capaz de conquistar a todo tipo de viajero en cualquier estación del año.


















